viernes, 13 de junio de 2008

¿QUIERES UN HIJO SEGURO Y TALENTOSO?

Estimúlalo y enséñale a hablar claro

Casi siempre cuando nuestro pequeñín no pronuncia correctamente una palabra, en vez de corregirlo, lo festejamos como si fuera una gracia. Craso error. De esta manera, estamos creando “sin querer queriendo” un niño inseguro, tímido, irritable, o ansioso, y no estamos favoreciendo para nada su lenguaje ni comunicación con los demás.

Paquito, cinco años, es el engreído de la familia, cuando dice: “yo no sabo”, “el tlencito”…etc., en casa todos lanzan un ¡que chistoso!!pobrecito, todavía es chiquito y no puede hablar bien!...Lejos de ayudarlo, estamos perjudicándolo. Ignoramos que en el fondo puede sentirse mal y creer que se están burlando de él. Consecuencia: estamos criando un niño con poca autoestima y con problemas en su futura vida profesional y personal.

¿La cosa puede ser grave verdad?....Lo mejor será de que si eres mami de un pequeñín o estas embarazada, leas con atención las siguientes líneas, no sabes cuánto te servirá.

ESTIMULACION DESDE EL UTERO

Desde que el niño nace hasta los dos años es como una esponjita que absorbe todo y está especialmente receptivo al aprendizaje del lenguaje. ¿Qué pasa si tiene más de cinco años y todavía no habla claro? Yolanda Saldarriaga, Directora del Centro Terapia Integral nos explica que una de las causas más frecuentes en este retraso es la falta de estimulación auditiva que las madres han ejercitado en el niño en los primeros cinco años de vida.

Sucede que el oído es el primer órgano sensorial que desarrollamos y este a su vez, ayuda a la maduración de los demás sentidos (tacto, vista, olfato, gusto).

“El feto dentro del útero escucha la digestión, los latidos de la madre o hasta cuando la mamá lo arrulla le canta”, nos dice la terapeuta.

ATENTA CON LAS CAUSAS FISICAS

La demora para aprender a hablar puede deberse también a los siguientes desordenes físicos que si requerirán alguna terapia a cargo de especialistas:

- Niños que no hablan bien por su poca capacidad para oír (hipo acústica), originada por secuelas de gripe o pequeñas lesiones cerebrales que no le han permitido codificar bien las palabras en su memoria.

- Deformaciones fono biológicas (lengua corta).

- Dislalia, dificultad para hablar que se observa en ciertas enfermedades nerviosas.

- Falta de fuerza en los músculos de la cara, que acompaña otras causas como los niños con síndrome de Down, retardo o bajo coeficiente intelectual.

¿COMO AYUDAR A TU NIÑO A HABLAR MEJOR?

- Si tu niño tiene entre dos y tres meses, inícialo en la gimnasia del lactante, ejercitándole los bracitos y piernitas de arriba hacia abajo con delicadeza, cambiándolo de postura. Nunca dejes de hablarle y cantarle.

- Involúcrate en el juego de tu niño y descríbele todo aquello que le llama la atención, diciéndole por ejemplo, “mira la pelota, s linda, es de color rojo”.

- Cuando le hables deja pausas para que el te conteste ya sea con balbuceos o medias palabras.

- Aprovecha la hora de la comida para dialogar con él con frases como “abre la boquita, come la papita, el pollito, la sopa”, etc. Siempre pronunciando claramente las palabras.

- Entónale diferentes sonidos, si es preciso ponle música y cántale canciones de frases cortas como “los pollitos dicen pio, pio, pio….”

- Háblale correctamente. Si él dice “tiyo” en vez de de “tío” corrígelo de una manera suave y sutil como: ¡Ah, tu tío, tu quieres decir tío”.

- No conviertas tu casa en un cementerio, el debe de acostumbrarse a todos los sonidos. Si suena el timbre, el carro de papá o el teléfono, explícale de que se trata.

- Imita los sonidos de las cosas y dile de lo que se trata, utiliza los juguetes de animales imitando su lenguaje, ejemplo, el patito hace cua cua.

- Nárrale cuentos y resáltale las partes más importantes, emociónate en algún párrafo y haz que el viva lo que le estas contando.

- Cuando compres un juguete elige uno que pueda ayudarlo con su desarrollo.

- No seas tan rígida en el horario del niño, trata de de adaptarte a sus necesidades espontaneas. Si lo limitas y le impones hacer otra cosa, se pondrá de mal humor y no querrá aprender nada creándose en él irritabilidad y ansiedad.

Entrevista extraída de la Revista Gisela, Noviembre de 1998, Lima - Perú


lunes, 9 de junio de 2008

NIÑOS PREMATUROS, PREPARANDOLOS PARA LA VIDA

El niño prematuro es el recién nacido que no está preparado para la vida a causa de la inmadurez en sus funciones fisiológicas y mentales, hay a o no nacido a su debido tiempo o termino.

Según sostiene la doctora Yolanda Saldarriaga, directora del Centro Terapia Integral, la premarutez es considerada como un defecto de nacimiento, es decir una alteración organica y funcional presente en ese momento en forma que impide la correcta adaptación latente, que impide la correcta adaptación fuera del utero de la madre, en los aspectos biológicos, psíquicos y sociales, ocasionando la muerte o incapacidad limitante para crecer o desarrollarse en las mejores condiciones .

MORTALIDAD PREMATURA.

“La mortalidad del niño prematuro es mucho más elevada que la del recién nacido normal y está relacionada con la edad gestacional del niño y su peso, cuanto menos sea su peso y semanas de gestación, mas riesgo tendrá de morir o enfermar”, sostiene la experimentada psicóloga, quien ha trabajado durante muchos años en el Hospital Militar.

Las mujeres con mayor riesgo de alumbrar niños prematuros son las madres menores de 18 años, las que no llevan un control del embarazo, las mal alimentadas, las que tienen problemas de salud, y las que tienen maltrato externo por caídas, golpes, trabajo forzado, etc.

Hace un siglo el obstreta francés Tarnier inicio una batalla contra la mortalidad por prematurez, al ideaqr un cajón de madera que coloco sobre un tanque de agua caliente, que suministraba el calor necesario al recién nacido. Era la primera incubadora rudimentaria que permitiría iniciar con el recién nacido el ciclo gradual adaptativo al medio extrauterino.

Actualmente se usan incubadores con técnicas de regulación para la reanimación, respiración, alimentación y temperatura que asemejan el utero materno.

La especialista explica que cuando a estos niños se les da de alta y llegan a su hogar requieren atención especial, por lo que es recomendable que los padres sean asesorados por terapistas ocupacionales especializadas en niños de alto riesgo que establecen programas de intervención para que el niño gradualmente logre alcanzar el normal desarrollo de su edad neurológica.

DESARROLLO MOTOR

“Generalmente con el transcurrir del tiempo estos niños empiezan a presentar alteraciones en su desarrollo sicomotor. En los neonatos de 28 semanas son notorias las secuelas; algunos presentan lesiones cerebrales que se manifiestan con convulsiones o paralisis cerebral. Otros no se manifiestan hasta que su organismo tiene que recurrir a sus reservas neuronales, particularmente en la etapa escolar o en la época de su desarrollo, entre los 12 y los 15 años” , afirma la doctora Saldarriaga.

Por ejemplo –prosigue- es común observar niños que a los 9 meses no logran pararse, a los 2 años no hablan y a los 6 vaños presentan inmadurez en la lectoescritura o durante el colegio repitan dos y hasta tres veces el mismo año.

TECNICAS PARA SU REHABILITACION

Afortunadamente se han desarrollado técnicas de evaluación que permiten determinar las areas de deficiencias motoras y sensoriales y en base a ellas establecer programas de rehabilitación.

Entrevista extraida del diario OJO: Lima, 2 de Agosto de 1995.


viernes, 9 de mayo de 2008

El niño hiperactivo y su tratamiento

La hiperactividad es un trastorno de la conducta en niños. Se trata de niños que desarrollan una intensa y algunas veces improductiva actividad motora. Van de un lado para otro, pudiendo comenzar alguna tarea, pero que abandonan rápidamente para comenzar otra, que a su vez, vuelven a dejar inacabada, aumenta cuando están en presencia de otras personas, especialmente con las que no mantienen relaciones frecuentes, queriendo llamar la atención. Disminuye la actividad cuando están solos.

Estos niños son problemáticos, poseen un espíritu destructivo, son insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos. Son niños difíciles de educar, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho tiempo la atención puesta en algo, con lo que suelen tener problemas de rendimiento escolar a pesar de tener un cociente intelectual normal. Son muy impulsivos y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican, o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice. Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que desean. Esto junto sus estados de ánimos bruscos e intensos, su temperamento impulsivo y fácilmente excitable, hace que creen frecuentes tensiones en casa o en el colegio. En general son niños incapaces de estarse quietos en los momentos que es necesario que lo estén. Un niño que se mueva mucho a la hora del recreo y en momentos de juego, es normal. A estos niños lo que les ocurre es que no se están quietos en clase o en otras tareas concretas.

Podemos definir si el niño presenta estas conductas cuando observamos ciertas características.

- De 0 a 2 años: Descargas mío clónicas durante el sueño, problemas en el ritmo del sueño y durante la comida, períodos cortos de sueño y despertar sobresaltado, resistencia a los cuidados habituales, reactividad elevada a los estímulos auditivos e irritabilidad.
- De 2 a 3 años: Inmadurez en el lenguaje expresivo, actividad motora excesiva, escasa conciencia de peligro y propensión a sufrir numerosos accidentes.
- De 4 a 5 años: Problemas de adaptación social, desobediencia y dificultades en el seguimiento de normas.
- A partir de 6 años: Impulsividad, déficit de atención, fracaso escolar, comportamientos antisociales y problemas de adaptación social.

Las causas de la hiperactividad infantil, es bastante frecuente, calculándose que afecta aproximadamente a un 3% de los niños menores de siete años y es más común en niños que en niñas (hay 4 niños por cada niña). En el año 1914 el doctor Tredgold argumentó que podría ser causado por una disfunción cerebral mínima, una encefalitis letárgica en la cual queda afectada el área del comportamiento, de ahí la consecuente hipercinesia compensatoria; explosividad en la actividad voluntaria, impulsividad orgánica e incapacidad de estarse quietos. Fue. Bradley (1937) descubre los efectos terapéuticos de las anfetaminas en los niños hiperactivos. Basándose en la teoría anterior, les administraba medicaciones estimulantes del cerebro (como la benzedrina), observándose una notable mejoría de los síntomas.

Síntomas en un niño hiperactivo

Los síntomas pueden ser clasificados según el déficit de atención, hiperactividad e impulsividad:
- Dificultad para resistir a la distracción.
- Dificultad para mantener la atención en una tarea larga.
- Dificultad para atender selectivamente.
- Dificultad para explorar estímulos complejos de una manera ordenada.
- Actividad motora excesiva o inapropiada.
- Dificultad para acabar tareas ya empezadas.
- Dificultad para mantenerse sentados y/o quietos en una silla.
- Presencia de conductas disruptivas (con carácter destructivo).
- Incapacidad para inhibir conductas: dicen siempre lo que piensan, no se reprimen.
- Incapacidad para aplazar las cosas gratificantes: no pueden dejar de hacer las cosas que les gusta en primer lugar y aplazan todo lo que pueden los deberes y obligaciones. Siempre acaban haciendo primero aquello que quieren.
- Impulsividad cognitiva: precipitación, incluso a nivel de pensamiento. En los juegos es fácil ganarles por este motivo, pues no piensan las cosas dos veces antes de actuar, no preven, e incluso contestan a las preguntas antes de que se formulen.

Consecuencias en la familia con un niño hiperactivo

Los padres suelen definir a un hijo hiperactivo como inmaduro, mal educado y gamberro. Sus comportamientos generan conflictos en la familia, desaprobación y rechazo. Son irritantes y frustrantes en cuanto al éxito educativo de los padres, y algunos niños tienden al aislamiento social. Este trastorno ya se detecta antes de los 7 años y unos tienen síntomas más graves que otros. Una cosa que hay que tener en cuenta, es que si los padres riñen exageradamente al niño hiperactivo, pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien, pues verá que siempre acaban riñéndole haga lo que haga.

Tratamiento de la hiperactividad

El tratamiento depende de cada caso individual.
El tratamiento farmacológico es a base de estimulantes para ayudar a que el niño pueda concentrarse mejor, y sedantes en el caso de que el niño muestre rasgos sicóticos.
El tratamiento psicoterapéutico está destinado a mejorar el ambiente familiar y escolar, favoreciendo una mejor integración del niño a la vez que se le aplican técnicas de modificación de conducta.
El tratamiento cognitivo o autoconstrucciones, se basa en el planteamiento de la realización de tareas, donde el niño aprende a planificar sus actos y mejora su lenguaje interno. A partir de los 7 años el lenguaje interno asume un papel de autorregulación, que estos niños no tienen tan desarrollado. Para la realización de cualquier tarea se le enseña a valorar primero todas las posibilidades de la misma, a concentrarse y a comprobar los resultados parciales y globales una vez finalizada.

El tratamiento Psicopedagógico se debe tener las recomendaciones para ser impartidas por todos las personas que lo apoyan en sus aprendizajes.

Las tareas deben ser cortas y con precisas instrucciones. Una hoja de cuaderno constituyen para ellos un problema, por lo tanto las tareas deben de presentárselas en un cuarto de hoja.

El material a usar sea lápiz, crayolas, colores etc., deben estar en correcto funcionamiento. Al igual que debe de agarrar el lápiz en trípode para evitar el cansancio al escribir.

Un buen examen de Test maduracional permitirá ayudar mucho mejor al escolar.

La silla y mesa debe tener características funcionales. La silla con espaldar, la mesa a su nivel. Evitar que se sienten con las rodillas dobladas para alcanzar la mesa o con las piernas abiertas, mal ubicados en la silla, ya que la mala postura hará que el niño tuerza la columna vertebral produciéndole cansancio y hasta déficit circulatorio originándole fatiga, de todo orden.

Deben tener un horario animado, esto es con dibujos en lugar de ordenes. Ejemplo un reloj indicándole que es la hora de leer en este caso se dibujara un libro.

Siempre debemos de tener presente que antes de usar los libros el niños ha debido de tener mucho entrenamiento hàptco ósea haber tocado muchos juguetes y objetos, percibiéndoles el contorno, texturas y la conformación de piezas, luego de esta fase es recomendable que se desarrolle las habilidades semi abstractas esto es combinando los objetos con los gráficos.

Nunca darles premios antes de hacer las tareas ni mucho menos dejar pendiente algo, así mismo no decirles por ejemplo que después de la tarea ellos pueden ir a jugar porque de lo contrario su ansiedad de salir a jugar harán improductivos sus aprendizajes.

Si el niño tomara medicamento es preferible hacer las tareas media hora después de las medicinas para dejar a las medicinas actuar en su organismo, libre de tensiones escolares o lo que ocurre en algunos niños, solo cumplen hacer las tareas para complacer a sus padres y/o profesores. Ante esta conducta debemos de cambiar de estrategias con una pedagogía motivacional. Con juegos, acertijos, etc.

Estas serian las recomendaciones que les alcanzo en este blogs. Las mismas entre otras que las he usado y sigo usándolas con acertadas respuestas.

Lic Tec; Medico Terapeuta Pedíatra

Yolanda Saldarriaga Molina

Especialista en Psicopedagogía

domingo, 4 de mayo de 2008

ORIENTACION PARA DESARROLLAR LA AUTOESTIMA DEL NIÑO

Una de las necesidades básicas es sentirse bien con uno mismo. La manera como uno se siente bien consigo mismo se fija desde la niñez y se llama autoestima. Para llegar a la satisfac­ción personal y a un buen gozo de la vida, se necesita tener una alta autoestima y esto solo es posible si uno se acepta a sí mismo con las fallas y defectos que se pueden tener.

El mejor regalo que un padre puede dar a un niño, es ayudar­lo a tener una alta autoestima, de esta manera, estaremos ayudan­do a nuestros hijos a tener confianza en lo que pueden hacer, a estar deseosos de aprender nuevas cosas día a día, a tener una vida social aceptable y satisfactoria y sobre todo a poder dis­frutar de lo que hace. En cambio, cuando la autoestima es baja, el niño no logra desenvolverse adecuadamente en ningún medio que se le presente, no es capaz de disfrutar de sus actividades, se comienza a desarrollar en él un sentimiento de inferioridad que en un futuro desquitará únicamente criticando a los demás. El niño con una baja autoestima se vuelve sensible, preocupado por lo que los demás piensan de él y pierde todo interés en sus ocupaciones.

Como padres y adultos debemos saber que existen ciertas situaciones que ayudan al niño a sentirse bien: Aceptación, Respeto, Límites, Apoyo.

Lo principal es la ACEPTACIÓN de los padres hacia el niño, tal y como es, con sus cualidades y defectos. El niño va crecien­do, y la imagen que tiene de su persona, se va formando de lo que dicen de él y de cómo lo tratan las personas que lo rodean. Si lo tratan bien, entonces siente que puede ser una persona valiosa; en cambio, si se le hace ver, por ejemplo: que es un inútil, feo o que estorba, entonces crecerá con la idea de que es una persona que no merece nada y que no es importante para los demás.

La aceptación del niño se expresa, teniendo interés en sus cosas, preocupándose por su bienestar físico y emocional, parti­cipando en sus actividades y apoyándolo para resolver sus proble­mas. Generalmente lo niños que se sienten menos es porque se les hace ver con mayor claridad sus defectos que sus cualidades. Algunos pueden hacer largas listas de sus defectos pero no de las cualidades que tienen. Para que un niño se sienta bien con él mismo necesita aceptar lo bueno y lo malo que tiene.

Los niños que tienen algunas dificultades en la escuela o cierta desventaja frente a sus compañeros o hermanos, especial­mente necesita el aprecio y el reconocimiento de padres y maes­tros. Necesita saber que además de su desventaja, tiene algo que puede agradar a los demás; como una sonrisa bonita, habilidad para correr, para arreglar algo, etc. El niño puede no saberlo, o no darle importancia hasta que alguien de fuera se lo hace ver.

A pesar de lo anterior, la aceptación no quiere decir que los padres acepten todo lo que el niño hace, sino que lo entien­den como una persona que tiene que ir aprendiendo como compor­tarse y reaccionar ante diversas situaciones. Una buena manera de hacerle sentir al niño que es aceptado, es escucharlo. Cuando se está con él, aprender cuáles son sus ideas, sus intereses, compar­tir con él un trabajo o un juego. Cuando los padres trabajan o están muy ocupados, pueden hacer junto con sus hijos la cena, poner la mesa, salir de compras, arreglar la casa, etc. haciendo participar al niño en sus actividades.

Si los niños se sienten aceptados en la familia y en la escuela, posteriormente les será más fácil convertirse en miem­bros importantes de su comunidad o de otros grupos sociales.

La segunda característica para formar los sentimientos de autoestima es el RESPETO. Cuando los adultos les gritan a los niños, se burlan de ellos o los callan diciéndoles que no saben de lo que hablan, los pequeños pueden reaccionar pegándoles a otros niños, discutiéndose o volviéndose tímidos. A lo largo de la vida les parecerá natural que otras personas los traten de la manera en que fueron tratados.

Se ha visto que la mejor manera de cambiar la mala conducta de los niños y la baja autoestima, es modificar "la manera en que se les trata". Cuando los padres o adultos que rodean al niño muestran más respeto, interés y preocupación hacia ellos, auto­máticamente cambian la manera en la que se sienten. Si el niño siente ese respeto, ya no tendrá necesidad de pelear por su lugar.

Si los padres están seguros y tienen confianza en lo que exigen, podrán oír y comunicarse con los niños, oír sus puntos de vista si no están de acuerdo, aunque no necesariamente tengan que hacer lo que ellos les piden. Esto ayudará a crear relaciones más cercanas y le ayudará al niño a aprender cómo formar parte de un grupo y a hacerse escuchar.

La tercera condición para formar la autoestima son los LIMITES. Esto es, lo que para los padres está permitido y acepta­do y lo que no. Los límites son importantes para el niño porque sirven de guía para saber lo que se espera de él. Si puede saber lo que sucede si obedece o desobedece las reglas, se sentirá más seguro. Sin los límites no tiene forma de saber si está actuando bien o no.

Los límites deben de ser claros, es decir, definir lo que se espera y cómo se espera que se cumpla; también las sanciones en caso de que no se haga lo que se especificó. Los padres deben de poner las reglas que se cumplan, explicándolas abiertamente.

Ya que los niños tienden a probar los límites, es inevitable que estos se vayan modificando a lo largo del tiempo. Los límites que son poco claros deben de ser muy bien explicados o elimi­narse. Cuando hay dos padres en el hogar, debe de haber acuerdo en las reglas y en las recompensas o castigos que serán conse­cuencias de las mismas. Si sólo un padre exige, los niños apren­den a evitar el castigo preguntando al otro padre si está de acuerdo. Cuando solo existe un padre en el hogar, esto puede ser difícil, pero el niño saldrá ganando si las diferentes personas que estén cuidándolo pueden llegar a un acuerdo sobre las reglas que van a poner.

Para fijar las reglas sin necesidad de amenazas o castigos, pueden establecerse rutinas como la hora de levantarse, acos­tarse, días para salir a pasear, horas dedicadas a hacer la tarea, etc. y utilizar las consecuencias naturales para corregir una falta, como por ejemplo: la consecuencia natural de tirar un refresco es limpiar.

La manera en que se le pide que cumpla las reglas es muy importante, se hace con cariño y firmeza, el niño reaccionará con agrado; en cambio si se hace en forma demasiado dura y sin cari­ño, tratará de no obedecer.

Cuando existan cambios en las reglas o en las rutinas del niño, si se le proporciona suficiente información, se podrán evitar muchos temores y miedos innecesarios. Esto por ejemplo: en el caso de un cambio rápido de escuela o de casa, cambios en la situación familiar como el divorcio de los padres, la enfermedad de uno de los miembros de la familia, cambios de maestros, etc.

Estas situaciones siempre inquietan a los niños pero las expli­caciones sobre lo que va a ocurrir y los cambios que habrán, los ayudan a reaccionar, a sentirse mejor y a adaptarse, porque entonces pueden entender la situación que pasa realmente, sin imaginarse además otras cosas terribles que generalmente no suceden.

La cuarta característica para la autoestima es el APOYO. Cada niño debe aprender qué es lo que quiere, a tomar sus propias decisiones, a fijarse sus metas y a cumplirlas. Cuando los niños saben lo que quieren hacer, cómo lo van a lograr y lo que les falta para cumplirlo, dirigen todo su esfuerzo hacia esa meta y sienten mucha satisfacción cuando la alcanzan. Esto se logra poco a poco, dejando que el niño vaya escogiendo, por ejemplo, sus útiles, su ropa, sus actividades y conocimientos, sus gustos, etc. Las mismas actividades serán su recompensa y no necesitará del estímulo de otras personas para sentirse bien.

Los niños que no saben lo que quieren, como no ven la razón para esforzarse, se pasan aburridos la mayor parte del tiempo y se sienten mal si se les obliga a hacer algo. Igualmente los niños con una baja autoestima, no se esfuerzan por lograr algo ya que su preocupación constante es tratar de no sentirse tan mal.

Como el niño es un ser en formación, necesita el apoyo de los adultos. El apoyo es diferente a la sobreprotección ya que cuando ésta se da, los padres le solucionan al niño sus proble­mas, hablando por ellos, inventando pretextos para que no queden mal, justificando constantemente su conducta; así, los niños necesitan cada vez más de una persona para que resuelva sus problemas, quedando en desventaja entre los demás porque no se desenvuelven y no encuentran sus propias respuestas para salir adelante. Esos niños se vuelven irresponsables, se enojan cuando se les manda algo y no son capaces de hacer nada por ellos mis­mos, no siempre es bueno proteger de todos los problemas a los niños.

Si usted como padre, quiere que el niño sea capaz de hacer algo y de enfrentar los problemas con confianza, puede ayudarlo no diciéndole lo que tiene que hacer, sino cómo lo puede lograr, como por ejemplo: cómo se puede organizar para estudiar, qué es lo que le puede ayudar en su trabajo, o a quién le puede pregun­tar lo que no sabe. La única forma de aprender algo es haciendo las cosas. si uno le escoge al niño la actividad que va a desar­rollar se sentirá molesto si no le sale bien y le echará la culpa de que fracasó porque lo obligó a hacer algo, en cambio si la actividad la escogió él, encontrará otras formas de hacerlo porque le interesa.

Muchos niños se desaniman porque no han podido hacer lo que desean. Se les puede ayudar revisando con ellos lo que han hecho y viendo qué es lo que tiene que hacer para seguir, también mostrando otras posibilidades y haciéndoles sentir que lo pueden lograr. Muchos problemas se resuelven si se van solucionando por partes.

En el caso de que lo que deseen sea algo imposible, se les puede hacer ver que sería mejor dedicar su esfuerzo a lograr algo diferente. Una opinión puede hacerlos cambiar en el caso de que se hayan equivocado. Cada vez que el niño tiene logros se siente más seguro, con más confianza y se vuelve más independiente; además volverá a intentar nuevas cosas y su autoestima crecerá. El reconocimiento de los éxitos en la familia y en la escuela, desarrollan el orgullo familiar, escolar y el sentido de perte­nencia a un grupo que se considera valioso.

La mejor recompensa para su esfuerzo será ver al niño con­fiado y enfrentándose al mundo sintiéndose bien con el mismo y con deseos para hacer algo en la vida.

Busca la manera de mejorar, añade a esto paciencia y creatividad, y sobre todo escríbenos para asesorarte.


sábado, 3 de mayo de 2008

EL DIBUJO EN LOS NIÑOS

"La mano es el organo cortical, la inteligencia subirá de las manos a la a la cabeza..."

El dibujo es una representación gráfica de una idea real o de una idea abstracta .

El dibujo es una de las formas de expresión más antiguas de la humanidad. Se utiliza el dibujo como una forma de comunicación desde la prehistoria, cuando los primeros hombres, a través de pequeñas figuras, dibujadas en rocas y en las paredes de las cuevas, manifestaban sus ideas y pensamientos entre sí. Al principio, usaban los dibujos para comunicarse, para expresar opiniones, ya que todo el mundo era prácticamente iletrado. Los dibujos funcionaban como escritura. Con el tiempo, el dibujo fue ganando nuevas formas, nuevos trazos, y se fue perfeccionando hasta la realidad actual.

El dibujo y las etapas de los niños.

El dibujo es casi siempre la primera gran obra de los niños. Representa su primer gran tesoro expresivo ya que a través de los dibujos los niños dicen muchas cosas de sí mismos. Puede ser esta la razón por la que muchos padres esten interesados en los dibujos que hacen sus hijos. El dibujo se puede convertir en muchos casos, en el termómetro del estado de animo del niño, ya que traduce lo que el niño piensa, siente, desea o lo que a el le inquieta, le hace alegre o triste.

Cada niño es un mundo y eso se ve en sus dibujos. Si le pides a un grupo de niños que dibujen una casa en el campo, todos los dibujos saldrán distintos. Pueden parecerse en algo pero jamas serán iguales. Hay que considerar además de eso que los dibujos también siguen algunas etapas que podríamos considerar como:

- La etapa del garabato, desde 3 a 6 años de edad.
- La etapa del esquema, desde los 6 a los 9 años de edad.
- La etapa intermedia, desde los 9 a los 12 años de edad.
- La etapa de reproducción fiel, desde los 12 a los 14 años de edad.
- La etapa de representación espacial, a partir de los 14 años de edad.

En cada etapa los dibujos forman parte de la s etapas madurativas del ser.

Cuanto más dibujen los niños, mejor lo harán, y más beneficios se notarán en su desarrollo. El dibujo facilita y hace evolucionar al niño en:

1. Psicomotricidad fina.
2. Lectura y escritura.
3. Confianza en si mismo.
4. Expresividad de emociones, sentimientos y sensaciones.
5. Comunicación con los demás y consigo mismo.
6. Creatividad.
7. Formación de su personalidad.
8. Madurez psicológica.